En un año donde todavía la pandemia Covid-19 marca el ritmo de nuestras vidas, la elección de los destinos para celebrar Semana Santa no son la excepción. Con muchos lugares que aún no estarán abiertos al público, como el clásico Vía Crucis de Tandil, surgen otras opciones donde poder combinar descanso, turismo y religiosidad. En esta nota te contamos adónde podés ir a disfrutar del 1 al 4 de abril de manera sostenible y segura.
Las Mariápolis
Pertenecientes al Movimiento de los Focolares, las Mariápolis (“Ciudad de María”) son pequeñas ciudadelas en las que conviven personas de distintas partes del mundo con un mismo fin: ser una comunidad inspirada en la espiritualidad de la unidad. En Argentina, se pueden visitar tres Mariápolis que abren sus puertas a todos quienes quieran disfrutar de un entorno de naturaleza en el que el descanso está asegurado.
- Mariápolis El Salvador (Paraná): con actividades espirituales y recreativas, se puede elegir entre pasar el día o alojarse con pensión completa. Tiene un hermoso edificio con habitaciones con baño privado y también un sector de camping con quincho y parrilla para que el disfrute sea completo. En sus 6 hectáreas de parque cuenta con juegos para niños, cancha de fútbol y de vóley, senderos para hacer largas caminatas, una réplica de la Gruta de Lourdes y una bella capilla. Al estar ubicada cerca de Paraná, capital de la provincia de Entre Ríos, invita también a disfrutar del río, realizar cabalgatas y visitar sus lugares históricos.
- Mariápolis Lía (O’Higgins): en la provincia de Buenos Aires, entre Junín y Chacabuco, se encuentra esta ciudadela formada hace medio siglo sobre un predio de 50 hectáreas. Sus frondosos árboles son el anticipo de la tranquilidad que se vive en este lugar donde se puede pernoctar o simplemente pasar el día. Es un ideal para ir con chicos, llevar bicicletas o patines, y compartir paseos por callecitas que invitan a olvidarse de los peligros de las grandes ciudades. Además hay una plaza con juegos, canchas de vóley y de fútbol. La propuesta incluye distintas actividades que pueden variar según el fin de semana: desde avistaje de aves, observación de las estrellas junto a un astrónomo y su telescopio, y visitas guiadas a los barrios de la Mariápolis, a los talleres de producción y la carpintería, y al cementerio.
- Centro Mariápolis “Alta Gracia” (Córdoba): su amplio parque invita al descanso y a la recreación, en contacto con la flora y fauna autóctona. Las instalaciones ofrecen habitaciones con baño privado o compartido; quincho; cancha de fútbol y vóley; y espacios para otras actividades deportivas. Alta Gracia forma parte del Camino de las Estancias Jesuíticas, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. En ella también se encuentra la gruta de Lourdes, que año a año convoca a miles de peregrinos.
Luján, una Basílica y mucho más
Un clásico del turismo religioso es la ciudad de Luján, allí se emplaza la emblemática Basílica que atrae a locales y extranjeros. A media hora de la ciudad de Buenos Aires, es ideal para una escapada en el día y conocer la Cripta y los tesoros de la Virgen, el interior del santuario, el patio interno, su arte y arquitectura. Pero si se dispone de un poco más de tiempo, hay mucho por recorrer. A unos minutos de auto, se encuentra la Asociación Civil De la Nada donde a través de sus capacitaciones y cursos relacionados con la gastronomía ayudan a los más desfavorecidos a salir de la pobreza dignificando el trabajo. Allí, se puede realizar el taller de cocina para llevarnos nuestros propios productos hechos con materia prima de proveedores locales. Para los que disfrutan del turismo rural, una buena combinación es incluir en el paseo los pueblos Cortines y Karlos Keen. El primero tiene mucha historia para contar a través de un guía local, quien también nos invita a almorzar a un típico restaurante con comidas regionales atendido por su dueño, antes de pasar por la fábrica de telas donde se puede conocer cómo confeccionan manteles, cortinas y blanquería que también se pueden adquirir. Al llegar a Carlos Keen, abundan las opciones gastronómicas, destacándose la fundación Camino Abierto que cuenta con un vivero de plantas medicinales, una granja y el restaurante Los Girasoles, todo destinado a la contención y educación de chicos de 9 a 21 años. El plus de este viaje es regresar por la noche a la ciudad de Luján y apreciar su Basílica iluminada.
San Nicolás, del santuario al río
El Santuario de la Virgen del Rosario de San Nicolás es uno de los principales atractivos de esta ciudad en la provincia de Buenos Aires y en Semana Santa uno de los más elegidos para el turismo religioso. Ubicado sobre una barranca con vista al río Paraná, su cúpula revestida en bronce se impone ante la mirada de los visitantes. Ya en el centro, frente a la plaza principal, se encuentra la Catedral que inaugurada en 1884 honra a San Nicolás de Bari. Para los que buscan algo de deporte, el kayak es la mejor opción para disfrutar con amigos o en familia, durante una tarde de sol o a la luz de la luna. Otro lugar imperdible para quienes prefieren andar sobre ruedas es el Skate y BMX Park San Nicolás Ciudad, declarado como una de las mejores pistas del país por su gran infraestructura, variedad de circuitos y dificultades. Allí se reúnen no solo quienes manejan con habilidad sus skates, bicicletas, bmx o rollers, sino también curiosos espectadores que quedan asombrados ante cada pirueta.
Junín de los Andes, sede del turismo religioso patagónico
La Patagonia también tiene su destino elegido para el turismo religioso. Se trata de Junín de los Andes, en la provincia de Neuquén, reconocida como una localidad “turísticamente religiosa”. Cada año en Semana Santa, sus calles son recorridas por procesiones que realizan el Vía Crucis y visitar las diferentes instituciones religiosas como el Santuario Nuestra Señora de las Nieves y Beata Laura Vicuña; el Parque Vía Christi sobre el cerro La Cruz; y el Santuario Ceferino Namuncurá en el paraje San Ignacio, donde descansan los restos del beato. Visitar esta ciudad en otoño permite descubrir la hermosa paleta de colores que ofrece el Parque Nacional Lanín donde se encuentra el volcán del mismo nombre y el lago Tromen, junto a las comunidades mapuches que custodian el lugar. Son muchos los circuitos que se pueden elegir para conocer en cuatro días, como el que incluye el lago Huechulafquen y el paseo hacia los lagos Paimún y Epulafquen, o el que nos lleva por el valle del río Curruhue para disfrutar de las Termas de Epulafquen.
Misiones, el legado jesuita
Visitar San Ignacio Miní, en la provincia de Misiones, es trasladarse a los siglos XVI y XVII cuando la orden religiosa católica de la Compañía de Jesús, que tenía como objetivo evangelizar a los pueblos originarios de los actuales territorios de Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay, fundó allí una misión jesuítica. Hoy estas ruinas jesuíticas son la mejor conservada y permiten conocer la organización espacial de esos pueblos que, en torno una plaza central, reunía la iglesia, la Casa de los Padres, el cementerio, las viviendas y el cabildo. Por su importancia histórica y cultural fueron declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1984. La naturaleza completa este viaje con la belleza del río Yabebirí y la flora autóctona que se cuela por cada rincón. Y el Parque Provincial Teyú Cuaré lleva al turista por sus cavernas naturales que sirven de refugio a numerosas especies de murciélagos.
En auto, en avión, a pocos kilómetros o un poco más lejos, las opciones para una Semana Santa sostenible y segura son muchas. Elegí la tuya y comunícate con Boomerang Viajes para disfrutarla a tu medida.