Ser turista solidario no es solo decirlo sino, principalmente, serlo. Y para ello no basta con no tirar basura en el camino o hacer lavar las toallas del hotel cada dos días. Es mucho más que eso, es un compromiso con el medio ambiente, las comunidades y con nosotros mismos.
Un turista solidario, es un viajero consciente del impacto que genera su visita a un determinado lugar y también de la experiencia personal que le significará. “Los beneficios económicos de la actividad son un impulso al desarrollo de la persona y su entorno y los visitantes tienen una actitud verdaderamente participativa en su experiencia de viaje”, dice Bettina González -directora de Boomerang Viajes- y agrega que este modo de viajar “permite disfrutar de un intercambio de experiencias y se crea una relación recíproca entre el turista y la comunidad”.
A través del aporte de los viajeros, y teniendo como referencia el Código Ético Mundial para el Turismo junto a los propios códigos de diversas comunidades locales, desde Boomerang Viajes se realizó un Código del Viajero Solidario que describe el compromiso que tiene el turista no solo en el destino que visita sino también antes y luego de su viaje:
Antes del viaje…
- Reúna toda la información posible sobre el destino, y dedique tiempo a entender sus costumbres, normas y tradiciones.
- Considere que la comunidad receptora tiene costumbres y culturas diferentes. Así evitará comportamientos que puedan ofender a la población local. Lo que es aceptado en un lugar puede no serlo en otro. Los lugareños pueden ayudarle en esto, es importante que se dé espacio para escuchar y observar esa diversidad.
Durante el viaje…
- Pida permiso a la familia y/o vecinos de la comunidad para fotografiarlos.
- Respete los horarios y espacios privados de la familia anfitriona. No genere ruidos molestos.
- No regale caramelos ni objetos ni medicamentos ajenos a los niños sin el expreso consentimiento de la familia anfitriona.
- No se muestre con el torso desnudo.
- Proteja a los niños de la explotación en el turismo.
- Solo haga promesas a las personas del lugar que visita si está preparado para cumplirlas. Sea consciente de que frecuentemente las personas en el lugar visitado tienen conceptos del tiempo y patrones de pensamiento diferentes de los suyos.
- Su viaje puede contribuir al desarrollo económico y social del lugar visitado. Compre artesanías y productos fabricados en la zona para apoyar la economía del lugar. Además, éstos son verdaderas manifestaciones de la cultura local.
- Respete los precios fijados, que son producto de un trabajo consensuado y con criterios de comercio justo.
- No compre productos elaborados a partir de plantas o animales en peligro de extinción.
- Ayude a conservar el entorno natural. No levante ni se lleve restos arqueológicos protegidos.
- Use de un modo responsable los recursos (agua, energía) evitando derroches.
- Limite la producción de residuos y ubíquelos en el lugar indicado para tal fin.
- No moleste a los animales.
- Respete las indicaciones de los guías baqueanos durante las actividades.
- Ante posibles imprevistos, tenga comprensión y paciencia, ya que cuenta con toda la voluntad de quienes lo reciben para brindarle una experiencia única.
Al regresar…
- Una linda costumbre luego del viaje, es enviar las imágenes a quienes han sido fotografiados como recuerdo de su estadía.
- Usted será el principal promotor de la experiencia realizada, son importantes sus sugerencias y lo más importante es no dejar de realizarlas sabiendo que todos somos responsables del desarrollo y preservación de los entornos naturales y también culturales.
Conocer y llevar a cabo estas buenas prácticas es un aporte que todos podemos hacer, porque no hay turismo solidario sin un turista consciente que sepa cómo vincularse con esta nueva forma de viajar y de vivir un destino.
Leé más sobre Turismo Solidario en nuestra web: https://boomerangviajes.tur.ar/turismo-solidario/