Un viaje para experimentar la naturaleza a su ritmo
La Patagonia es mucho más que sus montañas, lagos y glaciares. Entre Bariloche y El Chaltén, las inmensas mesetas y estepas nos invitan a vivir la ruralidad, habitar sus paisajes jurásicos y ver de cerca su fauna -el icónico puma patagónico en su hábitat natural-. Es un viaje que incluye la famosa Cueva de las Manos con sus 9.000 años de historia, bosques petrificados, del lado chileno las Catedrales de Mármol sobre el Lago Carrera, un recorrido que complementamos con la costa argentina y avistaje de fauna marina.

¡Hola! Soy Bettina, de Boomerang Viajes, y hoy quiero hablarles de un destino que me trasladó en el tiempo. Como amante de la naturaleza, la primera vez que viajé al “interior” de la Patagonia se sintió como tildar un casillero pendiente: una experiencia de mucho mayor contacto con la fauna local en un paisaje increíble.
Adentrarse a lo natural
Los programas duran entre 7 y 10 días, que es lo ideal para poder recorrer la zona y ver mucho de lo que tiene para ofrecer. En varios kilómetros de recorrido nos esperan paisajes diversos, diferentes especies y experiencias culturales para viajar al pasado.
Visitamos la meseta, protegida por el Parque Patagonia, al norte de la provincia de Santa Cruz, y cerramos el viaje con unos días en Puerto Deseado, en la costa del Atlántico. Durante todo ese tiempo, experimenté un ritmo de vida distinto, la verdadera desconexión (¡y muy activa!), fue una oportunidad para ver una parte de Argentina que no muchos conocen y que es increíble por su biodiversidad y vistas alucinantes.
Importante: Es un viaje ideal para hacer en grupos (familia o amigos) de personas que disfrutan de detenerse a contemplar el entorno, habitarlo con consciencia y tranquilidad, sin correr. Si te gusta la idea de pasar horas observando cómo se comporta un pingüino, estar atento a la ventana para ver pasar un choique corriendo u observar a un zorro que se te acerca, seguí leyendo.
En mi opinión, es un destino obligado para los amantes de Argentina que creían que ya habían visto todo lo que el país tiene para ofrecer.


Ahora sí, les cuento todos los detalles de este recorrido, que tiene como protagonista al Parque Patagonia, con sus capítulos argentino y chileno, bien diferentes entre sí. Hay que ir preparados para hacer caminatas en un clima frío y con bastante viento, pero hay senderos variados, con opciones sencillas y aptas para personas de todas las edades (a diferencia de la montaña, en la meseta no hay ascensos y descensos pronunciados).

Una geografía única en un territorio rural
Llegar al territorio es una experiencia en sí misma. Volamos a Comodoro Rivadavia y tomamos la ruta hacia el oeste, casi hasta la frontera con Chile. El recorrido es largo y un espectáculo: la meseta se iba levantando con contrastes y colores vibrantes. ¡Y en camino visitamos un bosque petrificado! Con sus gigantes restos de árboles de millones de años, fue como viajar en el tiempo.

Ya en ese primer tramo va creciendo la sensación de aislamiento, de estar lejos de todo. Mirás al horizonte y el paisaje parece no tener final. En esta región, la mayoría de las comunidades criollas viven de la producción ovina y los cultivos frutales, conservando prácticas artesanales de pastoreo.


La cultura rural patagonica acompaña este sentir: durante todo el viaje, paramos en diferentes alojamientos. Tanto los pintorescos pueblos escondidos junto al lago como los refugios nos invitaban a vivir la comodidad, la comunidad entre grupos de viajeros que nos encontramos ahí, el gusto de tomar algo caliente contemplando la meseta luego de una jornada de largas caminatas o mucha ruta. Y ni hablar del cielo estrellado por la noche, pocas veces vi uno así.

Meseta, lagos, ríos y animales en el Parque Patagonia
El Parque Patagonia, ubicado al norte de la provincia de Santa Cruz, se creó oficialmente en 2014 con el doble objetivo de asegurar un ecosistema saludable y generar producción de naturaleza a escala regional. En la zona ya venían trabajando organizaciones como Aves Argentinas, Ambiente Sur y Rewilding Argentina, por la importancia de estos ambientes para especies en peligro.

El parque cuenta una historia de 10.000 años. En dos lagos que comparten Argentina y Chile, se origina una cuenca que actualmente desagua al océano Pacífico. Originalmente, esas aguas se dirigían al Atlántico a través de dos ríos. Cuando terminó la última glaciación y las masas de hielo que bloqueaban la salida al Pacífico cedieron, el ambiente se transformó: los lagos bajaron de nivel y adaptaron sus cauces, el hoy llamado Río Deseado dejó de captar estas aguas y el Cañadón Caracoles quedó completamente seco. Ahora podemos apreciar esa historia en el terreno.

En los últimos años, el Parque Patagonia se convirtió en un gran destino para los viajeros que disfrutan de apreciar el paisaje, el senderismo, el clima patagónico y el avistaje de fauna: pueden verse especies como el guanaco, el choique, el zorro, el huemul, el cóndor y el emblemático puma (es importante hacerlo junto a un guía que te acompañe de forma respetuosa con el animal y su hábitat natural).
El parque es extenso y por eso es mejor visitarlo en varios días. Tiene diferentes accesos o “portales”, con más de 100 kilómetros de distancia entre sí, y cuenta con recorridos guiados y autoguiados en plena naturaleza, donde podés recorrer los lagos, ríos y cañadones, apreciando la flora y fauna autóctonas.
En cuanto a las caminatas, no tienen grandes ascensos ni descensos. Hay opciones de bastante accesibilidad, y otras más complejas para quienes busquen mayores desafíos. Es recomendable hacerlas con bastones e ir bien preparados con las comidas, además de contar con un guía local que te habla del lugar no solo con muchos conocimientos técnicos, históricos y naturales, sino también con un gran amor por el territorio. 
La Ruta Escénica 41 es una de las más bellas de la Argentina y recorrerla es una excursión en sí misma: además de los espectaculares paisajes de meseta y lagos, se pueden ver muchísimos animales, ¡un grupo de pasajeros vieron un cóndor volando junto a la minivan!
Este destino es ideal para un viaje grupal, en familia, con amigos u otros viajeros. Por un lado, optimizás los costos de traslado (y reducís también el impacto ambiental). Por el otro, se genera un sentido de comunión que es especial: estando en un lugar tan aislado, la posibilidad de compartir la experiencia con otros toma otro valor.


Pinturas rupestres para viajar en el tiempo
En este punto de interés geológico e histórico, la Cueva de las Manos merece un capítulo aparte. Con sus inscripciones más antiguas fechadas en 7350 a. C., se trata de una de las expresiones artísticas más antiguas de los pueblos sudamericanos. El sitio fue Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999, y se destaca por la complejidad del arte, que permite entender cómo vivieron aquellas sociedades del pasado.



Es una locura estar ahí y ver el legado que han dejado estos habitantes del territorio argentino hace tantos milenios. A través de las pinturas rupestres, podemos conocer cómo se veía el lugar, qué animales había en la zona, cómo vivían las personas… A mí, personalmente, me hizo tomar otra perspectiva.
El lado chileno y sus colores
Combinamos el viaje con Chile, para disfrutar del Parque Nacional Patagonia al otro lado de la frontera. A pesar de compartir ecosistema con el lado argentino, hay varias diferencias y vale la pena visitar los dos. Aquí habitamos un ambiente más verde, con mucha más agua (porque los lagos desaguan hacia el Pacífico), e inclusive vimos otras especies. Aunque no lo creas, hay algunas que de un lado están en peligro de extinción y del otro no, y viceversa.



El lado chileno del lago (acá llamado Buenos Aires y allá General Carrera), con sus “capillas” de mármol, es una de las joyas de esta zona. Yo lo recorrí en kayak, pero también puede hacerse en lancha. Y el paisaje es increíble, de esos que te dejan sin palabras.
Cierre con fauna marina en la costa argentina
Cerramos el viaje con un “bonus track”: Puerto Deseado y Expedición Darwin, en la costa del Atlántico. Con un paisaje completamente diferente pero con la misma sensación de estar inmersos en la naturaleza, pudimos ver pingüinos de penacho amarillo (el gran atractivo de la zona), y otras especies de aves y mamíferos.


Allá las excursiones duran todo el día, porque los tiempos no los marcan los relojes, sino la fauna. Recorrimos el paisaje de la ría que se forma luego de la desembocadura del río Deseado, una geografía completamente diferente a la que habíamos visto en la meseta.




Muy cerca de esta zona se encuentra la Patagonia Azul, Reserva de la Biosfera, un tramo que abarca la reserva Natural Punta Tombo hasta la reserva Natural Cabos Dos Bahías, con importantes sitios para la reproducción, cría e inmigración de diversas especies de aves y mamíferos. Es un ecosistema para conocer, donde Rewilding Argentina también viene trabajando con especies. Este destino requiere un artículo aparte, ¡muy pronto les contaré de esta experiencia!
¿Un par de fotos de Patagonia Azul?
Desde Boomerang Viajes organizamos experiencias auténticas para viajeros conscientes, con todas las comodidades y respeto por el entorno y las personas que habitan en él. No nos quedamos con lo que todos conocen de un destino, por eso vamos a visitarlo personalmente para así ofrecerte una experiencia que va más allá: vivir la verdadera riqueza natural del lugar y la cultura de las personas que lo habitan.
Para visitar el Parque Patagonia contamos con diferentes propuestas grupales (ver aquí), pero también podemos armar itinerarios a medida de acuerdo con los ritmos, tiempo disponible y gustos de cada viajero.
Y lo hacemos con todos los cuidados: nuestros viajeros cuentan con todos los elementos necesarios para las actividades de senderismo, tienen resueltas las comidas y, en los días de excursión, disfrutan de viandas preparadas de acuerdo a sus dietas o requerimientos alimentarios, ¡incluyendo un picnic frente al lago en plena meseta! Además, trabajamos con prestadores locales que aseguran una experiencia auténtica y real, en verdadero contacto con la naturaleza.
Impacto positivo
Este territorio es fundamental para la conservación de los ecosistemas en la Patagonia y la vida de especies que la habitan. Visitarlo como un viajero consciente es una oportunidad para no solo vivir una experiencia auténtica, sino también dejar una huella positiva a partir de una actividad responsable, intercultural, ecológica y local.
Desde Boomerang Viajes podemos acompañarte a planificar vacaciones únicas y personalizadas. Pero además, como Empresa B y agencia de turismo solidario y sostenible, te aseguramos una experiencia de intercambios auténticos que enriquezcan, donde el turismo aporta al desarrollo económico del destino así como a su revalorización y resguardo natural y cultural.
A la hora de organizar un programa, sea un paquete prediseñado o un itinerario a medida, nuestros sellos son una guía para asegurar el impacto positivo (más información aquí). Si querés conocer la “otra” Patagonia, podés hacerlo de forma consciente y responsable con el entorno y las personas. ¡Escribime a argentina@boomerangviajes.tur.ar y organicemos juntos tu viaje!


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