A la hora de viajar hay tantas formas de hacerlo como personas que somos. Están los que les gusta la rutina de la playa, los que prefieren una aventura para cada día, otros buscan un tiempo de meditación o vivir nuevas experiencias de sabores y culturales. Por eso, programar un viaje a medida tiene un valor agregado que solo un agente de viaje nos puede dar y nos garantiza que tendremos las vacaciones que soñamos. En esta nota te contamos algunas opciones, por supuesto, todas atravesadas por la propuesta de vivirlas en forma sustentable.
Turismo rural o comunitario
Se busca la convivencia e interacción con la gente propia del lugar, conociendo su cultura y formas de vida. Es una gran oportunidad para compartir sus costumbres, sus creencias y su forma de vida. Se lo considera la mejor expresión del turismo sustentable porque con su desarrollo se busca desviar al turista del circuito tradicional y descubrir la verdadera esencia del destino, aprovechar los recursos naturales actuales sin afectar las necesidades de las generaciones futuras, ser parte de la vida cotidiana del lugar, experimentando el intercambio y la participación con comunidades locales, alojarse en casas de familia, darle prioridad al cuidado del medio ambiente y aportar al desarrollo de la economía local.
Turismo de Naturaleza
La principal motivación de este tipo de turista es estar en contacto con la naturaleza. Se relaciona con el turismo aventura y actividades como cabalgatas, surf, buceo, rafting, canopy, trekking por las montañas o ciclismo. Es un público preocupado por el medio ambiente, que disfruta de la interacción con el aire libre y el entorno. También incluye al ecoturismo con actividades de avistaje de aves, visitas a centros de interpretación y programas de apreciación y conocimiento de la naturaleza.
Turismo de salud
También se lo llama turismo de bienestar, se trata de un segmento que viaja para realizar algún tratamiento que mejore su salud y aprovechan para disfrutar del destino. Los circuitos termales son muy elegidos en estos casos.
Turismo cultural
Quienes lo eligen suelen ser un público especial y exigente, que viaja con el objetivo de conocer y aprender algo nuevo del lugar que visita. Recorren las ciudades visitando museos y distintos monumentos que sean relevantes para la historia o el arte. Tiene la ventaja de poder realizarse en cualquier época del año.
Turismo gastronómico
La más rica de todas las variedades turísticas. Perú es un gran ejemplo de ello, muchos turistas viajan con el objetivo de conocer su variada gastronomía, la cual incrementó su desarrollo turístico en los últimos años. Se basa en ir a un lugar y dejarse llevar por las costumbres gastronómicas, saborear sus platos típicos que dan cuenta de su historia y cultura.
Turismo religioso
Muy común en fechas religiosas como Semana Santa, suelen practicarlos quienes profesan algún tipo de fe pero también es muy apreciado por aquellos viajeros que buscan conocer una cultura desde su religión. Así son clásicas las visitas al Vaticano, Jerusalén o La Meca, y a nivel local Tandil con su Vía Crucis o la Virgen del Cerro en Salta, por ejemplo.
Turismo de sol y playa
Llega el verano y, para muchos, el mar y la arena son el único destino posible. Es la más tradicional de todas las formas de hacer turismo, sombrilla, lona o sillita, traje de baño y… ¡al agua! Pasar el día al sol tiene su encanto pero hay que tener en cuenta que es una de las opciones más elegidas, ya sea para la costa Atlántica argentina como para las playas del exterior, sobre todo en el Caribe y sus all inclusive. Es por ello que se lo considera turismo de masas y, en ocasiones, una amenaza para el medio ambiente. Es así que es importante tener en cuenta a la hora de programar un viaje, la capacidad de carga turística y ambiental del lugar para preservar su biodiversidad.
La lista podría continuar porque hay turismo para todos, solo es cuestión de encontrar el que mejor se ajusta a nuestros deseos y programarlo, siempre siguiendo la huella de un turismo sustentable que nos permite ser, vayamos a donde vayamos, turistas conscientes que disfrutan del turismo como un puente entre viajeros, comunidades y naturaleza.