Cada agosto, los pueblos del norte argentino están de fiesta. Es que llega el mes en el que se le agradece a la Madre Tierra por la cosecha, el buen tiempo y la abundancia del suelo recibidos durante el último año.
Principalmente en Jujuy, Salta y Tucumán, las celebraciones comienzan el 1 de agosto y continúan hasta el 31 del mismo mes. Es la más popular de las creencias de los pueblos originarios de América Latina que, además, se comparte con toda la comunidad que quiera participar.
Una ofrenda a la Madre Tierra
El ritual de agradecimiento comienza el primer día del mes con el acto de sahumar las casas para ahuyentar los posibles males. El aroma a incienso, mirra y copal invade los hogares. Cada espacio es purificado tal como lo hacían los antepasados.
El siguiente paso es darle de comer a la tierra. Es así que las familias anfitrionas invitan a amigos y familiares para compartir tan importante momento. Antes del almuerzo se bendice la tierra, se clava un cuchillo al costado y se realiza la apertura del pozo. Alrededor se colocan dos velitas para iluminar la tierra y también se la enflora (se adorna con serpentina y papel picado).
Arrodillados a orillas del pozo, los dueños de casa comienzan a ofrendar. Luego siguen los familiares y los invitados, siempre pasando de a dos y con las dos manos juntas. La tierra recibe quinua, maíz, carne asada, cordero, picante de pollo, guiso, entre otras. Además, se prepara una comida especial que es la que se va a servir en el almuerzo y el primer plato siempre es para la Pachamama.
La ofrenda también incluye bebidas, generalmente se utiliza una dulce, una fuerte y una para compartir; y frutas, hojas de coca y cigarrillos.
Beber caña con ruda
Es una tradición honrar a la Pachamama con la protección de la caña con ruda. Se trata de un remedio casero para mejorar la salud, atraer la suerte y alejar los maleficios. Se toma en agosto por ser el mes en que aumentaban las muertes por el frío y las lluvias, porque como dice el refrán: “julio los prepara y agosto se los lleva”.
La caña con ruda debe prepararse con anticipación: dentro de una botella de caña se echan algunas hojas de ruda macho y se deja macerar. Se bebe en ayunas y en general en tres sorbos, aunque también la ingesta se realiza en siete sorbos o de un trago largo. Así, dicen, se espantan todos los males del invierno, incluidas las enfermedades que suelen aparecer en estas épocas. Pero, además, este brebaje se convirtió en una suerte de conjuro contra las malas ondas, la envidia ajena y la mala suerte.
“Hay que pasar agosto”, se escucha decir por el norte. Y qué mejor que hacerlo celebrando y bendiciendo todo lo que nos regala la Pachamama, nuestra querida Madre Tierra.
Credito : TSNoa
Crédito Foto: Carlos Brigo/Télam/cb