Cada año son más las personas que arman las valijas y salen a recorrer cientos de destinos, haciendo de la actividad turística uno de los mayores impulsores económicos. Sin dudas, un gran beneficio para muchos países. Pero ¿te pusiste a pensar que los lugares elegidos generalmente son los mismos? La llegada de miles de turistas a un mismo lugar en una misma época del año genera, a su vez, los impactos negativos del turismo masivo sobre el medio ambiente e incluso la comunidad local, no solo en pequeñas sociedades sino también en ciudades como Barcelona (España) o Iguazú (Argentina). Es por ello que salirse del destino tradicional es una buena opción para pensar y vivir como turista sustentable.
Desviarse de lo conocido y lo masivo, es una experiencia que abre los sentidos e invita a descubrir la verdadera esencia del destino. Son muchos los lugares por explorar, aquí proponemos cinco para comenzar a armar nuestra lista de destinos no tradicionales:
Capillas de Mármol
La provincia de Santa Cruz nos sorprende con este destino dibujado por impactantes cavernas. Un afloramiento único en la región, formado por la erosión y pulido de las aguas del lago. Cascadas, glaciares colgantes, selva, es la manifestación pura de la naturaleza. A la ribera del lago, Puerto Río Tranquilo, un pueblito de 500 habitantes espera para compartir con los visitantes sus artesanías y gastronomía local.


Bahía Bustamante
En plena provincia de Chubut se encuentra este paraíso natural, poco conocido y con tanto para admirar. Es el único pueblo de Argentina dedicado a la recolección de algas marinas y cría de mejillones. Es la combinación perfecta de la naturaleza, con sus playas de arenas blancas, una reserva natural donde se pueden ver lobos marinos, aves y pingüinos, y un bosque petrificado. Y, por supuesto, no puede faltar la visita a una estancia donde conocer sobre la producción de lana sustentable, participar de las diferentes tareas rurales, aprender sobre el manejo holístico del ganado, recorrer las instalaciones visitando los corrales, bretes y galpones de esquila para entender mejor la actividad ovina y los resguardos que hay que tener para que sea sustentable y lograr la mejor calidad de lana.


Santa María de Catamarca
Visitar este pueblo es conocer la historia de sus mujeres. En el año 2001, convocadas por Margarita Ramírez de Moreno, se unieron a través de la Cooperativa de Artesanas Textiles Tinku Kamayu para hacer renacer la técnica ancestral del hilado de llama y oveja y, además, recuperar la esperanza de que aún hay mucho por hacer. Compartir su historia y participar de un taller es una vivencia única que queda marcada en el corazón de los turistas.


Luján y Cortines
A solo 30 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, un viaje ideal para una escapada de fin de semana. La impronta religiosa de Luján se respira en cada uno de sus rincones custodiados por la imponente Basílica. Durante el recorrido, conoceremos la historia de la Fundación de la Nada, una organización sin fines de lucro que ayuda a los más desfavorecidos económicamente a salir de la pobreza a través del trabajo. También se visita una fábrica de telas para descubrir los secretos del hilado. Al llegar a Cortines, la magia nos invade en este pueblo que parece detenido en el tiempo. Con el relato de un guía local, nos introduciremos en la historia de su fundación, en 1888, de su antigua estación de ferrocarril y de aquellas construcciones de casas bajas, muchas de las cuales hoy son restaurantes de campo.

Toscana Rural
Si la Toscana ya es mágica por sí misma, visitar su zona rural te dejará sin aliento. Esta región del centro de Italia nos espera para compartir con los locales las actividades de las huertas orgánicas de la granja “Il Poderaccio” que, según la época del año, pueden ser la poda verde en las viñas, recolección de uvas o cosecha de olivas. Además, se realiza una visita a una apicultura con degustación de miel orgánica y, por supuesto, no puede faltar un mini curso de cocina tradicional de Toscana para disfrutar de un rico almuerzo.


Cada una de estas propuestas cumple con uno o más sellos que afirman el resguardo de una visión integral de sustentabilidad: responsable, ecológico, intercultural, 100% local. Es así que a la hora de elegir adónde vamos, animarnos a desviarnos del destino tradicional es una decisión que nos hace aún más turistas responsables y nos lleva por caminos que, de seguro, nos van a sorprender.