Cruzar fronteras, derribar barreras, unificar idiomas, de eso se trata el turismo solidario. Porque cuando de un lado y del otro, de quien recibe y de quien visita, el principal objetivo es el intercambio de experiencias y el enriquecimiento mutuo, la actividad turística cobra otra dimensión. Y así lo sintieron quienes participaron en Barcelona (España) de la presentación de los seis destinos que integran el Programa de Turismo Sustentable NOA.
El consulado Argentino fue el lugar de encuentro, donde Orlando Soriano -Responsable Técnico del Programa- y Bettina González -directora de Boomerang Viajes- contaron cómo este proyecto que ya lleva 7 años, ahora comienza su etapa de comercialización para que los viajeros puedan visitar las comunidades originarias y campesinas de Santa María y San José en la provincia de Catamarca; Brealito, El Espinal, Quebrada del Toro, Tartagal y Aguaray en Salta; y de Hornaditas en Jujuy.
“La presentación de hoy me llena de orgullo y me causa mucho placer. Lo que más me gusta de este proyecto es que involucra a las comunidades, no hay mejor manera de conocer un país que a través de su gente” dijo Jimena Autiero Simari, Cónsul Adjunta a cargo de la Sección Económica y Comercial de Inversiones en Turismo, al dar la bienvenida y además contó que ese consulado es uno de los más grades que el país tiene en el mundo y trabaja con una comunidad de 150 mil argentinos residentes en Cataluña, Valencia, Aragón y Andorra, a los que brindan asistencia, al igual que a los turistas que se acerquen.
Herramientas que potencian
La iniciativa de Turismo Sustentable NOA incluye a más de 90 familias que a partir de la capacitación, un primer trabajo de diagnóstico en territorio y la financiación facilitada por el socio-inversor AMU (organización italiana «Azione per un Mondo Unito»), eligieron sumar la actividad turística como una forma complementaria de generar fuentes de ingresos a sus tareas rurales. “Nuestro Programa trabaja en potenciar los dones de cada uno. Tienen un gran valor cultural y una gran vocación emprendedora”, sostuvo Soriano.
Disminuir la emigración de los jóvenes y de las familias hacia las grandes ciudades, generando más cantidad de oportunidades, es el primer objetivo que tiene esta propuesta en la que cada miembro de la comunidad se preparó para recibir al turista y compartir con él las bellezas naturales de su tierra así como sus ritos, costumbres ancestrales y el trabajo de cada día. Algunos se capacitaron como guías locales, otros profesionalizaron sus artesanías o acondicionaron sus casas para hospedaje. Las propuestas incluyen trekking de diferentes niveles de complejidad, avistaje de ave, mountain bike, visitas a sitios arqueológicos y de arte rupestre. “El diseño local hoy es fuente de inspiración para grandes diseñadores de moda del mundo. También estamos pensando en generar circuitos gastronómicos para quienes quieran aprender a cocinar con técnicas originarias”, cuenta Orlando y afirma que “lo mejor de todo esto es la posibilidad de hacerlo con ellos, quedarse en sus casas, trabajar juntos, compartir charlas, actividades”.
Encuentro con el otro
Hacer Turismo Solidario no es solo pasar por un lugar ni tampoco la instantánea de una foto, es tomarse ese tiempo, mucho o poco, para conocer a quienes viven en esos lugares que visitamos, saber qué hacen, cómo desde su lugar cuidan para que el paisaje que admiramos no pierda su riqueza. Por ello es importante capacitar a quienes reciben, para no invadir sus espacios, y a la vez concientizar a quien llega sobre la importancia de ese intercambio cultural y vivencial que va a experimentar. “Desde la agencia formamos al viajero anticipando el compromiso que asumen todas las instancias de la cadena: turista, agencia y comunidad de destino tanto en lo previo como durante y después del viaje. Por ejemplo, lo asesoramos para que consulte antes de sacar una foto, respete sus tradiciones o acepte ciertas condiciones de vestimenta”, dice Bettina González. A la vez, afirma que “al participar de hacer él mismo una artesanía, aprende y en esa dificultad que encuentra en el proceso puede entender y darle un valor al trabajo respetando un precio justo sobre ese producto”.
Desviarse del destino tradicional, es el desafío del Programa de Turismo Sustentable NOA así como de Boomerang Viajes, que desde sus inicios hace diecisiete años se interesó y trabajó por concretar la idea de “adentrarnos en el interior de los pueblos donde había una riqueza muy grande de autenticidad cultural, donde se podía vivir ese espacio del encuentro con el otro, pero que todavía no tenían los recursos para hacerlo como actividad turística”.
Vínculos que perduran
De la presentación participó también Loli Balbi, creadora de Ciudadanas del Mundo, quien fue la facilitadora para que este encuentro se pudiera realizar en la Cancillería Argentina en Barcelona. Después de una primera experiencia con Boomerang Viajes en la que en 2017 viajaron junto a un grupo de mujeres por París, Barcelona, Sevilla y Andalucía, este año la propuesta es unir Italia y Grecia. “Mis valores se alinean mucho con esta propuesta de Turismo Sustentable, porque con Bettina organizamos viajes para mujeres donde interactuamos con la gente local, intercambiamos experiencias”, contó Loli y compartió que su compromiso es “poder acercar este tipo de propuestas a una comunidad más segmentada que quiere vivir estas experiencias, aprender, conocer qué hacen, cómo viven, para achicar las barreras culturales que tiene el mundo y así poder ser viajeros más felices y más conscientes”.
Para Robert Roche, director del laboratorio de Investigación Prosocial Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, asistir al encuentro en el que se presentaron los seis destinos turísticos del norte argentino, fue una oportunidad para ver concretados los proyectos conversados junto a Bettina González hace más de veinte años. “Hace tiempo con Bettina hemos soñado con que el turismo, que es un espacio vital de encuentro entre personas, es un tiempo de ocio en el que es muy adecuado todo lo que se haga para que las culturas se encuentren. Se profundiza en las relaciones humanas, las culturas. Veo con gran satisfacción que aquello que se sembraba a partir de la prosocialidad, está teniendo sus frutos”, señaló.
El turismo solidario está creciendo y son muchos los segmentos que se interesan: grupos de adultos, mujeres, familia, jóvenes, turismo educativo o de aventura, luna de miel. Sin dudas, todos coinciden en una misma búsqueda: “el conocer al otro” que, como expresa Bettina “es la base de este tipo de propuestas”.