Los arqueólogos lo llaman el nuevo Cusco y no exageran. Se puede decir que es casi una reproducción, a menor escala, de la antigua ciudad incaica que encontramos en el imponente Machu Picchu pero en territorio argentino. Porque el Shinkal de Quimivil se ubica a solo 5 kilómetros del poblado de Londres, en el departamento de Belén de la provincia de Catamarca.
El arbusto “shinki”, una especia en abundancia en la zona es el que le dio el nombre, así como el río Quimivil que la recorre con su cauce.
Legado de la cultura Inca
Es uno de los sitios arqueológicos más importantes del país. Entre los años 1380 d.C. al 1600 d.C. ocupó el lugar de ciudad administrativa y es considerado la capital más austral del Imperio Incaico. Sus 23 hectáreas con más de cien edificios construidos en piedra y barro, en los que se cree habitó un poblado de unas 800 personas, fueron declaradas en 1997 Monumento Histórico Nacional.
El sector central, según las investigaciones, fue destinado a grandes edificios de corte administrativo conocidos como Kallankas (cinco estructuras rectangulares de piedra labrada que podían utilizarse como viviendas comunales, refugio de guerreros y peregrinos o fábricas de elementos textiles); Qollqas (recintos circulares usados para almacén); una Aukaipata (plaza pública central); y en el centro de la plaza se levanta un escenario o plataforma ceremonial de forma piramidal de 16 metros de lado y 2 de alto, llamado Ushnu.
También tiene un cuartel de tropas y dos cerros aterrazados de 12 metros de altura a los que se accede por escalinatas construidas en piedra; el que se sitúa al Este fue un templo solar. Estos lugares eran utilizados como altares ceremoniales, se realizaban rituales agrícolas y dedicados al Dios Sol. Desde el año 2004 se realiza la celebración del Inti Raymi (Año Nuevo de los Pueblos Originarios) cada 21 de Junio, por lo que ya no se lo cosidera una ruina arqueológica sino un centro ceremonial vivo.
En los barrios periféricos se ubican “kanchas” rectangulares usadas como viviendas. El casco urbano es atravesado por tramos empedrados del Camino del Inca y un acueducto de piedra de 3 kilómetros que aprovisionaba de agua a su población desde el río Quimivil.
Visita a nuestro pasado
Aún los investigadores siguen trabajando en descubrir nuevos espacios de lo que fuera un centro político, religioso, militar y económico. Pero es posible realizar visitas guiadas, por la mañana o por la tarde todos los días de la semana, para conocer los secretos de este monumento de piedra que guarda una parte de la historia de nuestros pueblos originarios.
El lugar cuenta con un centro de interpretación y depósito, baños, un salón comedor, senderos y espacios de descanso, y un servicio de guías permanente.
Un punto clave en la resistencia de las culturas originarias contra el invasor español, el Shinkal de Quimivil nos invita a vivir nuestra historia viajando al pasado para valorar el presente y ser conscientes de nuestra responsabilidad para dejar un mejor futuro.