A solo 68 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, apenas pasamos el acceso oeste nos encontramos con esta ciudad ubicada sobre la ruta nacional número 5 bien conocida por su hermosa Basílica a la que el Papa Juan Pablo II se acercó en 1982. Pero hay muchos más motivos por el cual visitarla y Sonia Betancur junto a Viviana Canteros, agentes de ventas en Boomerang Viajes, te los cuentan en esta nota.
Al llegar a Luján María Teresa Garavano y Julia Echalecu, madre e hija, directora del servicio de visitas guiadas de la Basílica y encargada del área de visitas guiadas en una agencia receptiva en Luján, respectivamente, nos dan la bienvenida a esta ciudad llena de mística para acompañarnos en todo el recorrido y descubrir la esencia de uno de los lugares más visitados del país.
Si elegimos el paseo durante el día, podremos elegir algunas de las visitas guiadas que ofrece la Basílica con sus guías locales:
Cripta y Tesoros de la Virgen: nos perdemos por el subsuelo para conocer las advocaciones marianas de diferentes países de América, Europa, Asia y África.
Interior del santuario: conoceremos su estilo arquitectónico y la historia del milagro de la carreta de 1630, entre otras cosas, y nos encontraremos con el imponente órgano traído desde Paris.
Patio interno (solo para adultos): recorremos el patio de la Basílica para admirar bien de cerca la arquitectura neogótica y conocer la cruz original recientemente restaurada.
Arte arquitectura: esta visita es específica para conocer el estilo arquitectónico tanto del exterior como del interior, su construcción, materiales utilizados y las piezas de arte que guarda la Basílica como vitrales, lámparas, órganos, estatuas.
A unos minutos de auto los integrantes de la Asociación Civil De la Nada nos esperan para contarnos sus actividades y cómo a través de sus capacitaciones y cursos relacionados con la gastronomía ayudan a los más desfavorecidos a salir de la pobreza dignificando el trabajo. Por supuesto no nos iremos sin antes hacer el taller de cocina para llevarnos nuestros propios productos. “Lo que más me impacta de este lugar es la pasión de la persona que recibe a los visitantes, cómo cuenta su trabajo” dice Viviana y resalta que gran catidad de sus proveedores son sustentables.
Cortines, donde el tiempo se de tuvo
Con toda la simpleza de un pueblo con solo 1300 habitantes, Cortines parece “quedado en el tiempo porque su esplendor nació y murió con el ferrocarril” dice Viviana. Sin embargo, a apenas 10 kilómetros de Luján tiene mucho para ofrecer. “Es pura paz, parece que estás en otra época”, resalta Sonia.
Un guía local nos introduce en la historia del lugar y nos invita a almorzar a un típico restaurante con comidas regionales atendido por su dueño y visitado por los lugareños. No nos podemos ir sin pasar por la fábrica de telas para conocer cómo confeccionan manteles, cortinas y blanquería que podemos comprar directo del productor.
Dos días en la vida
Para quienes se tomen un poco más de tiempo, quedándose una noche, el recorrido por Luján se extiende hasta Carlos Keen, un pueblo que también vio sus luces y sombras con el ferrocarril. Supo tener alrededor de 4000 habitantes pero hoy son unos 500 los que conviven en apenas ocho cuadras.
La estación de tren sigue allí, fiel recuerdo de un pasado próspero. Pero lo que fuera su granero es ahora un centro cultural. Un recorrido a pie nos lleva hasta la fundación Camino Abierto que nos recibe con su hermoso vivero de plantas medicinales, una granja y el restaurante Los Girasoles, todo destinado a la contención y educación de chicos de 9 a 21 años.
Los caballos son parte del paisaje en esta zona, y allí está Gonzalito quien a sus 75 años nos contará sus anécdotas como jinete profesional y, principalmente, nos enseñará el vínculo con estos animales y su cuidado en un haras donde, quien lo desee, podrá hacer una breve cabalgata.
La noche de Luján también tiene su encanto, y nos da la posibilidad no solo de apreciar la Basílica iluminada sino también de visitar una cervecería artesanal porque, en Luján, hay opciones para todos los gustos.