Movilidad Humana, turismo y el Covid-19

La capacidad de resiliencia del sector corre el gran riesgo de resurgir, pero desde el mismo modelo.

El turismo a nivel mundial se reconoce como una de las actividades más afectadas por el Covid-19. En esta ocasión, como en tantas otras, tenemos el enorme riesgo de analizar la situación solo en su impacto económico, ya sea como oferta o como demanda. Asimismo, no podemos descuidar que 1 de cada 10 puestos de trabajo en el mundo, unas 125 millones de personas aproximadamente, dependen de esta actividad (transportistas, guías, hoteleros, agentes de viaje, entre otros), con todo lo que ello provoca.

Debemos, conscientemente y en profundidad, revisar los últimos hechos. Por ejemplo, lo acontecido en septiembre de 2019 con la quiebra de la empresa Thomas Cook, a través de la cual varios destinos en el mundo se vieron afectados y unos 600.000 turistas varados. En estos meses, además, vivimos varios eventos meteorológicos que golpearon fuertemente algunos destinos, entre los más relevantes se encuentra el caso de Baleares, y sanitarios como la actual pandemia Covid-19.

Sería honesto, y también responsable, preguntarnos acerca de los fundamentos del sistema económico que rigen el sector, que nos demuestra una vez más su vulnerabilidad. Nos encontramos frente a un panorama nunca antes vivido. Esto evidencia que estamos bastante lejanos de la propuesta promocional de la mayoría de las empresas en FITUR 2020, que incluyeron en sus viajes leyendas como: “Empresa de viajes sostenibles”, “viajes sustentables”, “destinos sostenibles”, “Los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) el eje de nuestra estrategia…”

La capacidad de resiliencia del sector corre el gran riesgo de resurgir, pero desde el mismo modelo. Esta pandemia mundial se sabe que afectará de manera especial a las pequeñas y medianas empresas, y son estas las que están demostrando hoy el valor de acompañar y buscar soluciones para sus viajeros, porque como intermediarios en la cadena facilitan la comunicación, contienen y forman. El vínculo con unos y otros está permitiendo que el Ecosistema se renueve.

En estas últimas 2 décadas, no es la primera vez que sucede la propagación de un virus. En el 2003 el turismo se vio impactado por el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS), fue entonces una nueva enfermedad respiratoria, contagiosa y ocasionalmente fatal provocada por el coronavirus, que apareció también en China en el año 2002, infectando a 8000 personas en el mundo con más de 800 muertos, duró 6 meses y, probablemente, su propagación fue en un vuelo de marzo de 2003. Hoy esta pandemia mundial COVID-19, inicia el 1 de diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei- en China central, causada por el virus SARS-CoV-2, en un grupo de trabajadores del mercado mayorista de mariscos, donde también se vendían animales exóticos vivos. A los 30 días ya eran 27 los casos, clausurando el mercado el 1 de enero de 2020. Al día siguiente, Singapur y Tailandia anuncian que iniciaban el control de ingreso a sus países, el 6 de enero Estados Unidos proclama alerta pero sin tomar otras medidas, pocos días después se duplicaron los casos en China y anuncian la primera muerte. El 13 de enero se declara el primer caso en Tailandia, luego Japón y solo un día después de ello Estados Unidos inicia con los controles y tiene su primer caso, así también Corea del Sur y Taiwán. En un mes y 20 días de aquel 1 de diciembre, se estimaron entre 1700 a 4000 casos mundiales. Recién el 23 de enero China anuncia cuarentena, y se informa el primer caso en Europa que no fue necesariamente Italia, donde pocos días después, aparece el primer contagiado.

Sin lugar a dudas nos interpelan las malas previsiones, la improvisación, la visión economicista, esto lo acreditan la mayor parte de los artículos que hablan sobre la incidencia económica de esta pandemia, por el rol de China como mercado emisor. En 2003 China era la séptima economía del mundo y representaba el 4% del PIB. Hoy es la segunda mayor economía y representa el 16% de la economía mundial. En 2003, China representaba el 3% del total del gasto en turismo internacional; hoy representa el 20%. La verdad inquieta, que no logremos ponernos interrogantes más de fondo y que solo nos apoyemos en quienes gastan más sin valorar cuál debe ser la verdadera propuesta de un turismo sostenible.

Hoy, desde nuestro compromiso de responder a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), vale la pena preguntarnos: ¿cuál es la verdadera especialización de los agentes del sector?, ¿cómo verdaderamente formamos a nuestros viajeros?, ¿tenemos una visión particular y globalizada del desarrollo turístico?, ¿cómo debemos implementar la sustentabilidad?, ¿cómo diseñamos los viajes? La sustentabilidad, en la mayoría de los casos, está únicamente expresada en un plan de promoción, como plan de marketing. La mayor inversión actualmente es promocional, la pregunta es: ¿cuento con un plan integral de comunicación que contemple formación para cada actor de la cadena de valor?

Haciendo el recorrido de propagación, está clara la responsabilidad de los países en la aplicación de medidas y del modelo de viajes propuestos desde los operadores. Esto nos pone la urgente necesidad de un cambio de modelo económico, donde toda la sociedad debe asumir el compromiso de poner en marcha una transición política, económica y social.

Personalmente estos días, por motivos de un viaje formativo de Bettina González a la India, tuve la misión de acompañar al equipo de Boomerang Viajes en la ardua tarea que desempeñan de facilitar y resolver la situación de los viajeros en los destinos como principal prioridad, para luego realizar cancelaciones de acuerdo a las fechas de salida prioritarias.

Hacía 13 años que no me encontraba de forma directa siguiendo al equipo en la gestión de los viajes, si bien es real que nos hallamos en un escenario nunca antes vivido, con definiciones nuevas a cada paso, me impresionó constatar el rol que juegan los agentes de viajes, el valor de su ser empático, el valor de la escucha, el ser resilientes, el ser pacientes, la fortaleza de trabajar en equipo. Sufrir juntos el dolor, cuando no se logra resolver de la mejor manera, pero conscientes de que debemos seguir trabajando con responsabilidad para configurar un ECOSISTEMA TURÍSTICO SUSTENTABLE, que resguarde la comunidad, que asegure el bien común. Me atrevo a decir que todavía hoy el turismo a nivel mundial ignora el impacto del elevado consumo de recursos, materiales y energía, la generación de residuos y emisiones de gases de efecto invernadero. La sociedad no logra ver aún los sistemas desiguales y la inequidad.

Es necesario profundizar cuánto es real el efecto multiplicador del turismo y qué rol jugamos los profesionales y agentes del sector (desde un guía hasta transportistas, hoteleros, las compañías aéreas, entre otros), y fortalecer el desarrollo de las economías locales y no solo mirar, o aún peor favorecer, al momento de consumir el beneficio de las economías globales.

Bettina viajó a la India motivada por su incansable trabajo y estudio de modelos económicos, que puedan asegurar la centralidad del bien común y no de bienes individuales. Al equipo de Boomerang Viajes le tocó llevar adelante la empresa en uno de los momentos, me atrevería a decir, más críticos que vivió la empresa en estos 19 años, y esto recién empieza. Podemos asegurar que el trabajar juntos nos está enseñando muchas cosas a cada paso. Como tantas otras veces, este momento de crisis nos deja grandes desafíos, pero desde la cultura del Bien Común estamos convencidos de que nos permitirá seguir creciendo en la dirección justa hacia la meta que tenemos.

 

Columna de Paula González, Asesora Turismo Solidario Boomerang Viajes