Ver esta imagen en la redes sociales antes de sentarme a escribir la columna de este mes, les confieso que por un lado me conmovió y por el otro me dio coraje.
¿Por qué coraje?
Mirar el presente y ofrecer pistas para poder transitar, tiene sus desafíos. Hoy 1° de mayo de 2020 celebramos el día del trabajador, en un contexto donde millones de personas en el mundo se encontrarán sin su fuente de trabajo ¿será justamente un día para celebrar?.
Siendo honesta y fiel al compromiso de hacer del turismo un medio de desarrollo, estoy convencida de que el turismo ofrece oportunidades para todos. Quienes siguen mi trabajo, saben muy bien que no cualquier tipo de turismo, sino justamente aquel modelo que resguarda la sostenibilidad en todas sus dimensiones, que invierte en las capacidades de las personas, de las instituciones del trabajo y el empleo decente, que sabe que el turismo no puede ser mono-producción. Aquel turismo que fortalece y potencia las economías locales. Es justamente ese modelo el que puede dar respuesta al presente y futuro del turismo.
Si miramos nuestra región iberoamericana, el turismo se convirtió en un sector clave para el progreso socioeconómico, a través de la creación de fuentes de trabajo, de la generación de ingresos por exportaciones y la ejecución de infraestructura. Demostró con fuerza que es un sector con grandes oportunidades de inversión.
Las cifras en continuo ascenso ponían la fuerte exigencia y, en algunos destinos, gritaban con urgencia la necesidad de gestionarlo de manera sostenible, pero lamentablemente como los resultados demostraron continuo crecimiento, desde la gestión no era posible generar un plan de desarrollo más integral, que promoviera la diversificación de actividades productivas, que regulara la capacidad de carga en número de visitantes por temporada, y que no se asentara en fuertes monopolios.
Aquí me detengo para volver a la imagen que me inspiró, encuentro varias cosas que me permiten hoy identificar muchos motivos para agradecer en este dia del trabajador. Seguramente el turismo tenga hoy muy pocos motivos para dar gracias, pero me siento parte de una pequeña porción del mundo del turismo que viene mostrándonos hacia dónde vamos y cuál es el método y ahora me voy a servir de esta publicación de Turismo Sustentable Noa sobre “ el Ajo”,que la encontré figurativa.
Como primera cosa, quien lo promueve es una organización de turismo que da valor a un producto de la tierra, esto me indica que el turismo es motor de desarrollo integral y estoy segura que hoy esos emprendedores, por la diversificación de actividades, no encontraron en esta recesión algo determinante en sus vidas.
Resalto además algunos aspectos que no podemos rescindir en el trabajar en este tiempo, el tiempo del covid-19, que tienen que ver con la Co-Creación, un aspecto fundamental que en ámbitos rurales es algo constitutivo. Y quisiera compartir aquello que más me impresionó del proceso de crecimiento, en este caso del ajo, que lo vinculé al proceso que nos toca hacer hoy en el mundo del trabajo y, todavía más, en el mundo del turismo, encontrándose en la categoría de catástrofe.
Primero; a partir de un diente puede crecer una nueva cabeza
Segundo; colocarlo con las raíces en la tierra
Tercero; un lugar donde reciba mucha luz… ubicarnos en un lugar que reciba mucha luz
Cuarto; cortar el simiente, seguramente éste presente comporte, cortar la semilla que inspiró sus proyectos para dar vida nueva
Poniendo el foco en el turismo, destaco el valor de esta cabeza de ajo, conformada por varios dientes, que me sirve para ilustrar el concepto de “Gobernanza”, el crecer juntos, el trabajar con otros, mirar nuestro territorio junto a otros, reconocer quiénes están y planificar de forma compartida.
Otro aspecto es la “Innovación” que, como ya expresé otras veces, nos exige conocer el contexto en todas sus particularidades. Ese primer paso es la “inmersión”, un desafío grande que tenemos los profesionales y agentes del sector, en este presente, es darnos el tiempo para estudiar y adquirir herramientas,para caminar en este contexto. Luego darnos el tiempo sobre esa tarea de co-crear, para recién sobre esta base actuar y replicar.
En relación a los puestos de trabajo en turismo en iberoamérica, mientras otras actividades económicas entre el 2010 y 2018 habían crecido un 12%, dentro del turismo el sector de alojamiento se incrementó en 38% en el mismo período, y es para destacar que más del 55% lo ocupan mujeres.
La OMT, el 1 de abril hizo 23 recomendaciones, donde hace un llamamiento explícito a los gobiernos. Si bien hoy cuesta comprender que en las proyecciones y medidas gubernamentales en distintos niveles y en muchos países no se contempla al turismo en la agenda, entiendo que sucede en especial en aquellos modelos que no trabajaban una gestión sostenible. Es allí donde debemos hoy poner nuestra energía.
Los invito a profundizar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), esos 17 puntos son nuestra hoja de ruta. Nos ofrecen oportunidades económicas y sociales, destaco en particular a los ODS 8, 12 y 14 porque son aquellos que se enfocan en el crecimiento sostenible e inclusivo, en la creación de empleo y el consumo y en la producción sostenible. Algunos de los ODS frente a esta pandemia, sin dudas, están en revisión en su plan de trabajo.
Este presente pone en agenda ante todo el contexto local y, especialmente, los ámbitos rurales, donde se caracterizan por la baja densidad demográfica, los paisajes de naturaleza y su espacio de ordenamiento territorial en el que se destacan en la agricultura y la silvicultura, y resguarda estructuras sociales y formas de vida tradicionales. Seguramente serán los ámbitos más seguros de visitar, sobretodo en visitas de día en la primera fase. Aquellos destinos dedicados a elaboración de alimentos, del vino o la cría de animales, donde estos atractivos representan una parte integral de su historia e identidad y, por ello, los visitamos. Ese es el atractivo que nos motiva a ir.
La gastronomía y el enoturismo son la gran oportunidad para revitalizar y diversificar el turismo y promover las economías locales. Esta forma de trabajar en ámbitos rurales tiene mucho que enseñar al mundo urbano, donde se encuentran el 80% de las pymes, un sector que hoy afronta el momento más crítico que el mundo del turismo ha vivido.
No es casual que la Organización Mundial del Turismo (OMT) haya declarado al año 2020 como el “Año del Turismo y el Desarrollo Rural”.
El turismo tiene el potencial para la creación de fuentes de trabajo y oportunidades. Sin dudas, el Covid-19 puso los contextos rurales como los más oportunos y me atrevo a asegurar que serán esos territorios y esas poblaciones quienes enseñarán a profesionales y a agentes del sector cómo hacer para dar vida al turismo del presente.
Columna de Paula González, Asesora Turismo Solidario Boomerang Viajes
Crédito fotos: Turismo Sustentable NOA